miércoles, 19 de septiembre de 2012

L'aldila (Lucio Fulci, 1981)






Normalmente el cine tiene, sobre todo en su genero del terror aciertos y desaciertos, muy pocas películas convencen al espectador de creerse cierta realidad, sin embargo al final la mayoría exceptuando algunos casos logran el cometido de asustar.

Al pensar en cine italiano para los que no nada mas ven Transformes y Crepúsculo, todo mundo se imagina a Fellini, Antnioni o mas recientemente Tornatore, con sus grandes clásicos o sin duda otro aspecto muy aparte fue Leone y sus Westernes o quizá también la música que engalanaba toda esta contribución a la historia sobre todo el nombre de Ennio Marricone. En fin, podemos hablar o hacer toda una vida de sus películas  digamos las que mas éxito tuvieron.

Sin embargo dentro del genero de Terror quizá agregaron esas bases de lo que hoy seria el gore mas explicito, ya que para este tipo de violencia nadie se pintaba como todos ellos en su época. Argento, Bava y demás y el que tomamos en cuestión: Fulci.

Lucio quien ya había logrado cosechar cierta fama con alguno Giallos ( de los que hablaremos mas adelante en otras entregas) siempre teniendo bases cripticas y escabrosas pero mas adelante comenzó a proyectar una cierta violencia que no dejaría en adelante.

Mucha gente se pregunta; ¿que tiene de bonito ver chorros de sangre y piquetes de ojo?. En lo personal respondería con la idea de que el profesionalismo con que hacían esa macabra arte (que imbecilmente no entienden que al final es falsa) era el preciso encanto de esas películas. Pero Fulci no solo se quedaba ahí, sino que dentro de sus filmes incorporaba densas atmósferas que rayaban en lo Lovecraftniano y que lo hacían único. Con vueltas de tuerca hacia al final. 

L'Aldila es la segunda parte, de la trilogía de las puertas del infierno por parte del director. Quien trae a la vida a verdaderos Zombies que aseguran ser de aquel cálido lugar. Cabe resaltar como parte de su culto la prohibición que tuvo en algunos países debido a escenas verdaderamente impactantes (como la escena en que un perro ataca por el cuello a la especie de vidente). La música igual es realmente un agasajo que en conjunto nos va llevando hasta ese lugar que Fulci propone de donde han salido sus horrendas pero místicas criaturas.






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